La titular de Sanidad ha informado sobre la autorización del traspaso de 38,5 millones de euros en fondos para las comunidades y ciudades autónomas en el marco de la Estrategia de Salud Mental 2022-2026.
Según Mónica García, esta dotación «viene a reforzar el compromiso del Gobierno» con esta cuestión, dando continuidad a los fondos ya repartidos en 2022 y 2023 dentro del Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024, la herramienta utilizada para dar cumplimiento a la Estrategia de Salud Mental.
Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024
El objetivo de dicho Plan de Acción es contribuir a la mejora de la salud mental de la población mediante el desarrollo de acciones priorizadas de la Estrategia de Salud Mental 2022-2026 en todos los ámbitos del SNS, de forma que permita afrontar los efectos en la salud mental de la crisis sanitaria y social generada por la pandemia de COVID-19.
Las acciones a desarrollar por el Plan de Acción se presentan a través de seis líneas estratégicas y han sido consensuadas con las comunidades autónomas y sometidas al CISNS para la aprobación de su financiación.
Los fondos autorizados se van a distribuir a todas las comunidades autónomas (excepto País Vasco y Comunidad Foral de Navarra) y el INGESA en un 5% de manera lineal, aplicando un importe mínimo a cada territorio; y un 95% distribuido por criterios poblacionales.
Estrategia de Salud Mental 2022-2026
En la justificación se reconoce que la atención a la salud mental es condición indispensable para el desarrollo de calidad de vida. Igualmente, señala que el cuidado a la salud mental aún sigue siendo una cuestión insuficientemente atendida.
El documento establece objetivos y recomendaciones orientados a la mejora de la salud mental de la población, detección precoz y atender de forma efectiva a las personas con problemas de salud mental, desde el momento en que se presentan, independientemente de su edad o nivel de desarrollo, y desde el
respeto a sus decisiones y sus derechos apoyar a sus familias y promover un modelo de atención integral y comunitaria que favorezca la recuperación y la inclusión social.
Para ello, establece una serie de líneas estratégicas, que desarrollan los principios básicos de la estrategia:
Línea 1: Autonomía y derechos. Atención centrada en la persona. Entre las recomendaciones está reducir al mínimo imprescindible las intervenciones que van en contra de la voluntad de la persona con trastorno mental o estudiar las quejas y reclamaciones en la atención sanitaria.
Línea 2: Promoción de la salud mental en la población y prevención de los problemas de salud mental. Se recomienda promocionar hábitos de vida saludables, promover acciones formativas de sensibilización que estimulen intervenciones de prevención del daño asociado a la asistencia sanitaria en personas con problemas de salud mental, etc.
Línea 3: Prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida. Se recomienda mejorar el acceso a los servicios de salud mental y atención de las personas con conducta suicida; desarrollar una red de atención telefónica eficiente, coordinada e integrada para mejorar el abordaje a la persona con riesgo suicida; etc.
Línea 4: Atención a las personas con problemas de salud mental basada en el modelo de recuperación en el ámbito comunitario. Se recomienda dotar a la atención primaria de recursos e instrumentos para el abordaje inicial de la atención en la salud mental, así como potenciar y desarrollar la salud mental en atención primaria.
Línea 5: Salud mental en la infancia y en la adolescencia. Entre las recomendaciones, está que los profesionales sanitarios deben tener una adecuada formación para evaluar a niños, niñas y adolescentes con riesgo de depresión y otros problemas de salud mental o incluir, de forma rutinaria, preguntas acerca de síntomas depresivos y de su estado mental en cada evaluación de salud mental de un niño o adolescente en atención primaria.
Línea 6: Atención e intervención familiar. Se recomienda asegurar que, durante la atención sociosanitaria, se realiza una valoración integral de las situaciones y necesidades de las familias; también, potenciar los equipos de tratamiento asertivo comunitario interdisciplinar (psiquiatría, psicología clínica, enfermería, terapia ocupacional y trabajo social).
Línea 7: Coordinación.
Línea 8: Participación de la ciudadanía.
Línea 9: Formación.
Línea 10: Investigación, innovación y conocimiento.