En el mundo laboral, como en otros ámbitos de tu vida, vas a tener que tomar decisiones; te damos algunos consejos.
Te encontrarás con elecciones de poca importancia, pero también ante decisiones trascendentes, donde las inseguridades pueden aparecer. Para que puedas abordarlas en mejores condiciones, te damos 3 consejos que te puede ayudar.
1.- Plantéate cómo te ves tú en el futuro.
Las decisiones importantes suelen afectar, no sólo a nuestro presente, sino también a nuestro futuro. Hay cuestiones que, a corto plazo, parecen ser interesantes y gratas, pero quizás no tanto a medio y largo plazo.
Debes valorar las consecuencias futuras de tu decisión y el compromiso que adquieres. Analiza si tu decisión te afecta sólo a ti, o también a terceras personas.
Sin duda, es importante decidir aquello que nos hace felices: mirar por nosotros mismos, pero sin llegar a caer en un egoísmo inconsciente.
- Un ejemplo sería el adoptar una mascota porque nos hace mucha ilusión: analiza si dentro de dos o tres años vas a tener la misma ilusión, las mismas ganas de cuidar de ella y vas a ser capaz de asumir esa responsabilidad.
2.- Pon límite a tus opciones.
A más opciones, más difícil será la decisión. En la vida o en el ámbito laboral, disponer de más posibilidades de las que necesitamos no siempre es lo mejor para decidirnos.
Es recomendable, por tanto, ir eliminando opciones: diez, luego cinco, las dejas en tres y finalmente una. A veces ayuda ponerse un tiempo limitado para llevar a cabo esta tarea, una hora, media hora… la presión de decidirnos en un tiempo concreto puede ser beneficiosa.
- Un ejemplo sería la elección de una compra entre distintos modelos. Del listado inicial que barajamos, debemos ir tachando (según el criterio que adoptemos) hasta quedarnos con el que vamos a comprar.
3.- Toma tu decisión y asúmela.
Si consideras que es una buena opción de futuro, si has desechado otras que inicialmente te planteabas, ya has tomado tu decisión. Ahora, asume que es esa y no otra.
No se trata de conformarte sin más; has tomado una decisión y no puedes caer en el miedo a perder una opción mejor. Tomar una decisión supone eliminar muchas otras, debemos ser conscientes de ello, pero no podemos paralizarnos pensando en si llegará algo mejor.
- Por ejemplo, si estás buscando piso y te has decidido por uno, no puedes retrasar tu decisión por la posibilidad de que dentro de un tiempo aparezca uno mejor o más barato.