El ser humano es una de las especies más prosociales del planeta. Al contrario de lo que a veces se piensa, se suele implicar en gran variedad de acciones generosas que benefician a otras personas. En esa línea, diferentes estudios han demostrado que tanto gastar dinero en los demás como recordarlo, promueve la felicidad de quien lo hace. Un estudio realizado por Tiara A. CashLara B. AkninJason D. E. Proulx.
Gastar dinero en los demás: el gasto prosocial
Una forma de conducta prosocial que se ha demostrado estar asociada a la felicidad es gastar dinero en los demás, lo que se denomina gasto prosocial. Las primeras investigaciones realizadas, allá por 2008, encontraron que niveles más altos de gasto prosocial (cantidad de dinero que las personas gastan en regalos para otros o donaciones a la caridad) se asociaron con niveles más altos de felicidad. Otro estudios más recientes (2021), con encuestas en más de 130 países, han mostrado este mismo patrón: las personas que donaron dinero a organizaciones benéficas en el último mes, sentían un nivel más alto de bienestar subjetivo.
¿Qué es antes, el huevo o la gallina?
Aunque estos estudios evidencian que el gasto generoso y el bienestar están relacionados, cabe preguntarse si el gasto en los demás conduce a una mayor felicidad o es posible que las personas más felices gasten su dinero con generosidad.
Esa duda parece estar resuelta, una serie de estudios experimentales realizados durante la última década brindan un sólido respaldo a la noción de que el gasto prosocial conduce a una mayor felicidad.
Estudios realizados
En un estudio con estudiantes, éstos fueron asignados al azar para recibir cinco o veinte dólares para gastar en ellos mismos o en otra persona ese día. Todos los participantes fueron preguntados por la noche para informar sobre su felicidad. Los análisis revelaron que las personas asignadas al azar para participar en gastos prosociales, estaban significativamente más felices al final del día, que aquellas que habían hecho el gasto en sí mismas.
Investigaciones posteriores han replicado los beneficios emocionales del gasto prosocial en poblaciones más grandes y diversas. En países tan diferentes como Canadá y Uganda, los participantes de los estudios expresan niveles más altos de felicidad después de recordar una vez que gastaron dinero en otros que después de recordar una vez que gastaron dinero en sí mismos.
Otras investigaciones recientes han examinado las recompensas emocionales de la generosidad en actores antisociales, incluidos jóvenes involucrados en pandillas y ex delincuentes, respaldan aún más el alcance y la generalización de estos hallazgos.
¿Qué factores nos hacen ser generosos?
Si bien el gastar en los demás parece promover la felicidad, la evidencia también sugiere que es más probable que ciertas condiciones fomenten este resultado. Los investigadores han descubierto que es más probable que el gasto prosocial conduzca a la felicidad cuando se dan las siguientes condiciones:
- Voluntariedad. Ser un gasto autónomo, es decir, elegido libremente, no forzado.
- Afiliación. Facilita la conexión social y la afiliación, es decir, construye o fortalece las relaciones sociales.
- Impacto. Permite a los donantes sentir que han marcado la diferencia, es decir, experimentar sentimientos de impacto prosocial.
- Nivel de detalle. Hace referencia al nivel de detalle proporcionado al recordar un recuerdo.
- Autenticidad. el nivel de autenticidad ofrecido en la memoria de gasto prosocial de uno también puede predecir una mayor felicidad.
¿En quién y en qué se gasta el dinero?
El último estudio realizado ha tratado de analizar también en quién gastaron su dinero las personas y qué lo gastaron. Los datos revelaron que las personas tenían más probabilidades de gastar dinero en una pareja (19,32 %), un amigo (19,33 %) o un hijo (19,16 %) y menos probabilidades de gastar en un extraño que no conocían (1,94%).
Mientras tanto, los participantes fueron más propensos a comprar regalos (64,59%) y alimentos (38,07%). Curiosamente, las personas de esta muestra tenían menos probabilidades de gastar dinero en otras “necesidades” para ayudar a los demás, como las facturas (0,94 %) y gastos relacionados con la salud/médicos (1,43 %).
Conclusiones
Tras analizar recuerdos de compras generosas de más de 2.500 personas y las cinco dimensiones clave (afiliación, voluntad, impacto, autenticidad y nivel de detalle) para ver cuáles se asociaron con una mayor felicidad, los resultados:
- confirmaron que las personas sienten una mayor felicidad después de recordar compras generosas que fueron calificadas como voluntarias y de impacto;
- en contraste con las predicciones del estudio, las personas no informaron niveles más altos de felicidad cuando sus recuerdos de gastos contenían más señales de afiliación, autenticidad y detalle.
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Más información. El estudio, realizado por Tiara A. CashLara B. AkninJason D. E. Proulx, ha sido publicado en https://online.ucpress.edu.